lunes, 25 de junio de 2012

Juego para dos.

¿Sabes lo que más duele de un corazón roto? No ser capaz de recordar cómo se sentía antes. Detesto tanto la manera en que juegas, tus trucos, tus estrategias ya no funcionarán más, ¡Toma tus cartas y vete!, vete de mi vida y termina de una vez este juego que empezamos. Rechazo, repudio, deshecho de todas las formas tus palabras y discursos que salen de tus labios, tan sutiles, tan malditamente creíbles... Detesto la forma deshonesta en la que jugabas esos días cuando me mirabas y lograba ahogarme en un aire tan ficticio e irreal, lleno de mentiras e hipocresías, aún así, vivía cada vez más de ellos y me acostumbraba y me aferraba cada día, cada mes más, me aferraba a este sucio juego para dos. ¿Por qué tendría que creerte ahora?, La verdad, es que no sé que es cierto y que no, que anhelar y que no, este maldito juego ya se torna difuso y cada vez que me dices que avanzas hacia la sinceridad yo me quedo ahí, mirándote, dándome vuelta y retirándome del juego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario